En esto que van Heisenberg y Schrödinger dando un voltio en coche y un guardia civil les da el alto. Se acerca parsimonioso a la ventanilla y le pregunta al conductor:
-¿Es usted consciente de la velocidad a la que circulaba?
-No tengo absolutamente ni idea, agente -contesta Heisemberg-. Sin embargo, puedo decirle exactamente dónde nos encontrábamos cuando nos ordenó parar.
El agente, convencido de la honestidad de la respuesta, aunque escamado por la extrañeza de la misma, decide que el asunto requiere una investigación más profunda.
-Haga el favor de abrir el maletero.
Así lo hacen, y el agente pega un respingo ante la visión del contenido.
-¡Oigan! ¿De quién es esto que llevan aquí?
-Mío, agente -responde Schrödinger.
-¿Y sabe usted que tiene aquí dentro un gato muerto?
-Pues ciertamente no lo sabía. Pero ahora sí lo sé.