Hace unos días me encontré por la red (seguro que la mayoría de vosotros también) con una fotografía que muestra un examen (por decir algo) de cuarto grado (lo que vendría siendo un Cuarto de Primaria, creo yo) de una asignatura de ciencias de un colegio americano.
Me eché un par de risas porque pensé que se trataba de un fake, pero cual ha sido mi sorpresa cuando hoy leo que la británica I Fucking Love Science (una de las pocas páginas de Facebook que dan calidad a esta red social, y de los pocos motivos por los que merece la pena no dar el cerrojazo), a través de la cual había visto inicialmente la foto, reportaba que la misma había sido eliminada de su biografía, sin alegar ningún motivo y sin que violara ninguna de las condiciones de la red en este sentido.
En fin, aquí el test de marras:
IFLS ha vuelto a subir la foto, con un enlace a Snopes en el que se acredita su veracidad y origen, al parecer un colegio religioso privado de Carolina del Sur.
Al margen de la actitud de Facebook, ya triste, lo realmente preocupante es lo que se está inculcando en la chavalada de esta, a falta de una palabra mejor, escuela. No me malinterpretéis. Ni me importa ni me preocupa lo que una institución educativa religiosa privada quiera transmitir en materia espiritual a quien libremente pague y asista a esas clases. Sí me importa, y me preocupa, lo que cualquier institución de cualquier orden o credo pretenda transmitir en materia científica.
No hablamos de religión. Hablamos de ciencia.
Y ya no me hace tanta gracia el examen éste de los huevos. De hecho, me inquieta.