Soy hijo de padre coruñés y madre gaditana, así que me las veré negras para hacerme entender, pero pretendo proceder a un ejercicio de autosuperación y voy a dar lo mejor de mí mismo en esta breve pero sincera reflexión.
A ver, ¿cómo lo diría para que quedara claro? Ah, ya:
Arturito, miarma, tas lusío, ¿no? Que sí, quillo, que tas pasao una mihita. Pero tú tranqui, pishita, que no pasaná.
Ira, por un poné: Tú te bajah pacá, nos vamoh ancá María, ande la Ventavarga, que ahora han dejao la entrá lamá de’scamondá, nos pegamo una peshá de tortillita camarone, papaliñá, rabotoro y pescaíto la bahía, y oloroso de Jeré, y hablamo de la inmersión lingüística, de la estijera que le quieh meté a la arcansía de la sanidá y de la mare que te parió si quiereh, pero te digo yo que te quitamo to la pamplina que lleva ensima.
Ah, y acoquinamo a media, ¿eh ‘ompare?
Y ya’ndihpué si quié te sube parriba y allí te sacan la pamplina que te que’e a base de vieira y persebe.
Ala. Amama’la.
Un pensamiento en “Inmersiones, lenguas y rabos”