Si lo hiciera, no sé si lloraría o sonreiría burlón, como pensando: “ahí os queda eso”.
Doce más uno. A mí me salen trece.
Si recuerdo algo de la primera edición es a Mercedes Milá convenciendo a la audencia del carácter de experimento social del show, a la sazón posiblemente el primer reality moderno de la televisión española (creo, tampoco me hagan mucho caso en esto).
Mercedes Milá es periodista (eso lo he mirado en la Wiki) (para estar seguro, vaya, no fuera a escribir algo incorrecto) (todo lo seguro que se puede estar consultando la Wiki).
La formación periodística de Mercedes Milá no tiene por qué capacitarla para ser conocedora de métodos científicos o criterios estadísticos, aunque quizá podría esperarse así de una persona que intenta convencer a un país de la validez de un determinado experimento.
No voy a pretender ser un experto, ni siquiera un aficionado, a los experimentos sociales, pero no puedo evitar una reflexión de estas mías tan tontucas.
Que digo yo, que si después de doce años y trece intentonas, si el experimento no da los resultados esperados… lo mismo sería momento de cambiar el método, ¿no? O a la investigadora.
O lo mismo soy yo, que lo magnifico todo.