Run you, clever boy, and remember

Damas y caballeros, humanos, señores del tiempo sumidos o no en un bucle temporal, daleks, cybermen, sycorax, gelths, familia Slitheen, atraxis, silurians, practicantes del culto del Silencio, sontarans, icewarriors, ángeles llorones y demás pululantes del universo en cualquier tiempo y lugar:

¿Habéis preparado vuestros suflés? Porque hoy es el día.

TheDoctorRides(Fotografía robada de la red sin ningún tipo de permiso, por supuesto).

El castillo de la luciérnaga

Creo que nunca seré objetivo con una historia de detectives; me encantan desde que tengo uso de razón, así que en consecuencia no puedo ser tampoco del todo objetivo con Castle. Es una serie no exenta de tópicos, de argumentos sencillos, en la que cada semana tenemos el asesinato correspondiente y el consabido proceso deductivo hasta dar con el asesino. De vez en cuando hay alguna sorpresilla, pero nada que haga peligrar la continuidad de los personajes principales. Y tenemos la inevitable tensión-relación entre los protagonistas masculino y femenino. Salvo por este detalle, Castle es la señora Fletcher del siglo XXI (sí, señora, los que hablan de la señorita Fletcher o nunca vieron de verdad la serie o presentan una grave afección de mezcla de personajes).

Pero si algo da fuerza al personaje, y por ende a la serie, es Nathan Fillion y su manera de involucrarse en su Castle. Lo mismo que ya hiciera una década atrás con el capitán Mal Reynolds en la que para muchos es una de las mejores series de ciencia ficción de la historia, surgida de la mente de ese visionario que es Joss Whedon bastante antes de que comenzara a vengar, y triste e injustamente cancelada tras tan solo catorce episodios – aunque por lo menos, y aunque no deja de sentirse cierta precipitación, podemos darnos por contentos de que se les permitiera darle un final digno al menos a parte de la historia de Serenity y su tripulación.

Y si Nathan se involucra en Castle, Nathan ES Mal. No hay más que ver cualquier episodio. Y diez años después, sigue siendo Mal. El propio Nathan ha comentado en más de una ocasión que si le tocara la lotería estaría más que encantado de invertir en una continuación de Firefly, lo cual lo pone en la cabeza de la cola de tipos que, a excepción de un puñado de personas (y sin entrar en los billetes que ya debe tener) menos me importaría que se hicieran con una primitiva.

Todo este rollo viene a cuento por el último homenaje a Firefly que han lanzado desde Castle, y es que las dedicatorias que le lanzan son mucho más frecuentes (y algunas bastante sutiles) de lo que en principio nos damos cuenta.

Y como sé que no puedo ser el primero al que se le haya ocurrido esta idea, he hecho una pequeña recopilación de estos homenajes. Ale, a disfrutar ^^

Clip de comparación de varias escenas:

Castle habla chino por una serie que le encantaba:

El reencuentro con Jayne:

http://www.youtube.com/watch?v=qWO584fnoJk

La última dedicatoria hasta la fecha:

Y otro clip recopilatorio más (aunque éste sin las imágenes de Firefly):

Y para terminar, una de las mejores escenas de Firefly, muestra clara de por qué Malcolm Reynolds es uno de los mayores anti-héroes de la historia:

http://www.youtube.com/watch?v=NPRlHwwVIug

Intentando desenredar las bolas del dragón

Tengo un sobrino que a sus ocho años se está convirtiendo en una pequeña eminencia en el universo de Dragon Ball. Hace unos días me preguntó qué había después de GT (con la solemnidad de quién se cuestiona qué hay después de la vida), y cuando le respondí que nada, me miró entre escéptico y apenado, sobre todo porque no había visto a Broly en ninguna de las series. Razonamiento lógico, por otra parte.

El caso es que como está hecho un pequeño lío con cuántas pelis hay y cómo se llaman (¿quién no?) le dije que le haría una listado, para que compruebe cuáles ha visto y cuáles no. El caso es que puesto en la tarea, me ha quedado una tabla bien maja, además de haber encontrado algo de info en la red que no recordaba y otra que desconocía, y me ha apetecido colgarla por aquí.

Van dos tablas. En la primera incluyo las películas y especiales de TV de toda la saga, incluida GT. No he hecho distinción entre las que se pueden ver como parte de la historia «canónica» y aquellas que entran en contradicción con la misma (que, a excepción de los especiales de TV, son la mayoría), aunque sí he incluido trazabilidad entre el orden y los títulos de la películas en su edición primigenia en VHS por parte de Manga Video y las actuales ediciones en DVD de Selecta, ya que suelen diferir bastante; hay que recordar además que las cuatro últimas películas de DBZ en su momento fueron editadas en orden inverso; todo esto está detallado en la tabla. En total son dieciocho películas (cuatro de DB y catorce de DBZ, contando entre ellas el mediometraje de 2008) y tres especiales de TV (dos de DB y uno de DBGT); a esto habrá de sumársele la nueva película de animación de DBZ que tiene previsto su estreno para marzo de 2013. A mi sobrino le recuerdo que deje de buscar a Broly en la serie regular.

ACTUALIZACIÓN 12.11.2012: Parece ser que ya tenemos título internacional para la película de 2013: Dragon Ball Z: Battle of Gods. Aquí el primer cartel promocional (atención a la mezcla de Anubis y Usagi Yojimbo que luce el que parece que será el malo de turno):

En la segunda tabla incluyo los OVAs complementarios de un par de videojuegos y el remake de uno de ellos.

Obvia decir que he dejado fuera de esta tabla las versiones de imagen real de Corea del Sur y Taiwán (ésta última, conocida como «Comienza la magia», se editó en España en VHS y posteriormente en DVD) y por supuesto la innombrable Evolution, la cual merece ser desterrada al oblivion de las secuelas donde de seguro yacen engendros del estilo de Los Inmortales n (con n>1).

Descárgate esta tabla de Pelis y Especiales en PDF.

Y descárgate también el PDF de los OVAs Gaiden si quieres…

Como curiosidad, me ha apetecido también mostrar estos incunables:

Y las versiones actualizadas 😉

Para terminar, a modo de pseudo-OT, el teaser de la película de 2013:

Y bueno, aunque están fuera de las tablas, si os apetece, echadle un ojo a estas bizarradas…

Trailer de la versión taiwanesa (Comienza la magia):

Clip de la película surcoreana:

Extraños, observadores y grandes hermanos

Ya lo he comentado antes. Quizá siempre haya estado ahí, pero desde el final de la cuarta temporada, y por supuesto desde el (casi) reboot de la quinta, creo que este mundo de Fringe en que la humanidad se ve obligada a vivir en el siglo XXI por intervención de los Observadores, así como estos mismos seres, implican una fusión curiosa (y efectiva, todo sea dicho) entre la sociedad dictada por el Ingsoc en Oceanía y los Extraños de esa a su vez extraña y oscura ciudad nacida de la imaginación de Alex Proyas.

Dark City (Alex Proyas, 1998, Australia/EEUU)

Hacía años que no revisaba esta película, así que aprovechando una de estas de tantas mega rebajas, me decidí por hacerme con el BD y revisitar Dark City.

Tras varios años de escritura de guión, idas y venidas entre estudios, más de una mirada de desconfianza y un retraso forzado para intentar evitar la coincidencia en cartelera con una película sobre un barco que se hundía que parece que tuvo cierto éxito allá por finales de los 90, la obra magna de Alex Proyas (de quien hasta el momento solo conocía The Crow, tarjeta de presentación más que suficiente, por otra parte) vio finalmente la luz… para pasar, triste e injustamente, bastante desapercibida por las salas de cine.

Dark City es una película tan fascinante, inquietante, oscura y extraña… como inclasificable (quizá eso sea en parte lo más extraño). Es ciencia-ficción. También tiene acción. Y efectos especiales. Pero también es un thriller. Y no es una cinta de terror, pero no puedes dejar de sentir aprensión en su atmósfera.

En una ciudad sin nombre en la que nunca parece salir el sol, sus habitantes se desvanecen literalmente cada noche en donde quiera que se encuentren… para volverse a incorporar poco después como si nada hubiese pasado. El punto de arranque de la historia se sitúa cuando uno de los habitantes de esta enigmática ciudad se despierta antes de tiempo y empieza a cuestionarse, digamos, el orden establecido.

Para el papel protagonista se llegaron a barajar nombres de la talla de Johnny Depp o Tom Cruise, pero finalmente recayó en Rufus Sewell (hoy en día es más fácil ponerle cara, después de haber interpretado a Tom Builder en la adaptación de Los Pilares de la Tierra). Y quizás fuera para bien. O quizás no. Con uno de esos nombres internacionalmente reconocibles, de seguro la acogida (y la promoción) del largometraje habrían sido bien distintos y por tanto habría tenido una difusión generosamente mayor. Pero quizás (quizás) podría haber perdido parte de la autenticidad que hoy exhala.

El rol principal femenino contó con una Jennifer Connelly en alza, si bien aún no al nivel al que se cotizaría pocos años después. Cortejando a esta pareja, un Kiefer Sutherland un tanto repulsivo (perfecto en su papel) y un sobrio, elegante y siempre solvente William Hurt. Sin olvidar a uno de los más incansables Extraños, Mr. Hand, interpretado por Richard O’Brien (muy conocido por su papel en The Rocky Horror Picture Show).

Dark City se ha ganado, por méritos propios, un hueco entre la iconografía de la ciencia ficción de finales del siglo XX, en la era pre-Matrix, donde, si bien con no pocas dificultades para los realizadores, podían verse de cuando en cuando este tipo de osadías cinematográficas.

Los paralelismos entre los Extraños y los Observadores son evidentes. Su aspecto físico, la tez pálida y la ausencia de cabello. Su origen, sus motivaciones. Su control psíquico y su habilidad para (existiendo diferencias) alterar, cada cuales a su modo, la realidad física.

Y análogamente los paralelismos entre el mundo de Fringe desde la venida de los Observadores y el ideado (predicho) por Orwell (y trasladado a su vez a la pantalla por Michael Radford) también son evidentes: una sociedad alienada y controlada hasta en sus más íntimos detalles, nula libertad de movimiento, expresión y pensamiento, brigadas de personas al servicio del «partido».

En 2005 se editó un Director’s Cut de Dark City en el que Alex Proyas pudo finalmente mostrar la visión completa de su propia historia y que por presiones del estudio no pudo incluir en la versión cinematográfica. Este montaje, además de corregir ciertos detalles técnicos e incorporar once minutos adicionales de metraje que ahondan en detalles particulares, es destacable por prescindir de la introducción narrada por el personaje de Kiefer Sutherland justo al comienzo de la película y que el director se vio obligado a introducir para poner en antecedentes al espectador, en lugar de permitirnos desgranar la trama poco a poco, privándonos así de una experiencia más completa.

Por si a alguien le interesa, y por si mi poca cabeza puede servirle de algo, la edición en BD que actualmente se comercializa en España NO es ni incluye el Director’s Cut, sino únicamente la versión de salas. Uno esperaría ya hoy en día de las distribuidoras que se interesaran por ciertos productos que, si ya de por sí son minoritarios, al menos son valorados por un público fiel. Lo cierto es que la caja no miente, no se indica en ningún sitio que se trate del montaje del director. Fue insensata e ingenuamente asumido por mi parte. Fuera de estas fronteras sin embargo (sorpresa) sí puede obtenerse. Y mediante otras vías también.

Sea como sea, y si has leído hasta aquí, paciente lector, además de agradecido te animo, si no conoces la película, a que le des una oportunidad. Como mínimo, no te dejará indiferente.

No diga Coque. No diga Ryo. Diga Lee Young Soon.

Mientras que en estas tierras ibéricas triunfaban Bandoleras y Piratas en Barcos, o Ángeles y Demonios que iban a clases de Física y Química, en 2011 partía la pana en Corea una adaptación a imagen real (lo que viene siendo un live action, para los no iniciados) de una de las más queridas series de cómic de los 90 y que tan buenos recuerdos dejó a la chavalada de la época, el “Cazador” de Tsukasa Hojo.

Así que haciendo alarde de mi más recalcitrante alma cinéfaga, hace unas semanas acabé de ver los veinte episodios de esta serie, y pues que me apetece vomitar por aquí un par de comentarios.

No voy a hablar en profundidad de la obra, ni de la original ni de esta adaptación, que para eso ya hay multitud de blogs sobre doramas por ahí (y sobre doramas coreanos en particular, es increíble), pero sí me gustaría comentar algunos aspectos que no he leído en ningún sitio (o, en su defecto, que he sido demasiado vago para encontrar).

Iría terminando el segundo capítulo cuando llegué a una hipótesis que fue quedando demostrada a medida que avanzaba la serie, a saber: que esta adaptación se trata de una producción palomitera altamente disfrutable siempre y cuando se encuentren con éxito estas tres condiciones:

 

CONDICIÓN PRIMERA.

Superar el tedioso, a ratos insufrible y aparentemente interminable primer episodio. Vale, no es una carta de presentación muy apetitosa. Admitido. Las producciones coreanas tienden a poner a los espectadores en antecedentes de los personajes que desarrollarán y cargarán con el peso de los hechos que están por venir. El problema es que estos antecedentes en ocasiones se remontan hasta la primera cagada del protagonista siendo bebé y esto, cuando los acontecimientos están por hilvanar, cuando de hecho ni siquiera tienes una pista de por dónde pueden tirar, descoloca bastante.

Explicar según qué circunstancias del pasado de los protagonistas mediante flashbacks ayudaría a aligerar el inicio de la “chicha” y, por otra parte, permitiría ir desvelando ciertos detalles poco a poco. Se agradece la intención, aunque se corre el riesgo de cansar al personal. Así pues, si te decides, curioso lector, por darle una oportunidad a la serie, espera por lo menos a acabar el segundo episodio para hacerte una idea de por dónde pueden ir los tiros. Aunque eso sí, la historia empieza a coger ritmo y a enganchar en torno al quinto episodio.

 

CONDICIÓN SEGUNDA.

No olvidar que estamos hablando en todo caso de un dorama coreano. De acción, pero coreano. Esto implica altas, altísimas dosis de melodrama, toda suerte de polígonos amorosos, situaciones que propician equívocos, dudas en ellas, dudas en ellos, primeros planos del guapísimo él y de la hermosísima ella sostenidos casi hasta la exasperación, planos a cámara lenta con los cinco o seis temas empalagosetes repetidos hasta que te los aprendes de memoria en perfecto coreano, flashbacks de situaciones que han ocurrido en el mismo episodio diez minutos atrás (mira, para esto sí que saben usarlos…).

Vaya, tampoco lo estoy pintando muy bien, ¿no? Pues a pesar de ello, a pesar de que en ocasiones te entran ganas de tener a uno de los guionistas delante y empalarlo por moñas, las dosis de comedia descargan a estas situaciones de gran parte de su peso y, en especial, las escenas de acción, de las que cada episodio se encuentra también cargado con generosidad, aderezadas todas ellas con una banda sonora pegadiza y molona, elevan el nivel de disfrute varios enteros.

Vaya aquí un ejemplo de esto, un fan-made MV mezclando varios cortes de acción con uno de los temás más resultones, Sad Run:

 

CONDICIÓN TERCERA.

Olvidar, desde el primer minuto, cualquier similitud con la obra original de Hojo. Éste fue posiblemente en mi caso una de las mayores trabas para empezar a disfrutar de la serie. Andaba esperando ver desde el principio la versión coreana del detective Ryo “Coque” Saeba, resolviendo únicamente casos propuestos por mozas de buen ver, y más aún ansiaba ver a la versión coreana de Kaori “Julia” Makimura atizando al salido del compañero de su hermano.

No. Borra esto de tu mente. Olvida que estás viendo una serie que se llama City Hunter. Porque de hecho, si desviaras la vista de la pantalla en el momento en el que aparece el título y el reconocimiento a Tsukasa Hojo en los créditos, nada te haría suponer que lo que estás viendo tiene tal nombre.

Como sinopsis, y sin entrar en detalles y ni mucho menos spoilers, la historia arranca en 1983, momento en que cinco miembros del gobierno surcoreano, como respuesta a un ataque del Norte (un suceso históricamente verídico), envían a una veintena de soldados a tierras enemigas para un contraataque. Algo sale terriblemente mal en esta operación, y la inacción de estos cinco señores (era una operación ultra-mega-secreta de la que nada se podía hablar) les cuesta la vida a todos los soldados. A todos menos a uno, Lee Jin Pyo, quien vuelve a Corea, se lleva al hijo recién nacido de uno de sus compañeros muertos, huye a Tailandia, y educa a este hijo como propio, formándolo tanto intelectual como físicamente, sometiéndolo a un duro entrenamiento con el único objetivo de llevar a cabo la venganza sobre quienes propiciaron la muerte de sus compañeros. Veintiocho años después comienza la recta final de esta venganza, en pleno Seúl, y Lee Young Soon (interpretado por Lee Min Ho, quien saltara a la fama por su papel protagonista en Boys Before Flowers, la adaptación coreana de Hana Yori Dango), el niño perdido, será quien deba ejecutarla, aunque no lo hará como su padre adoptivo tenía en mente.

Dosis de acción, comedia, chicos guapos, chicas monas, y la más casposa soap opera (nunca me deja de sorprender la cantidad de casualidades y parentescos que los guionistas son capaces de orquestar) completan un caldo de cultivo para que cada episodio avance un paso en la gestión de la trama de venganza, planeada para que uno a uno los culpables vayan cayendo en ella.

 

Para terminar, dejo por aquí un fake trailer (también fan-made, claro) de una hipotética película. Como resumen es ideal, porque lo que se narra en el trailer es una concisa sinopsis de lo que va la cosa; de hecho, la historia posiblemente funcionaría a la perfección como película, ya que buena parte del metraje de la serie de TV, además de en eternos primeros planos y en flashbacks, se invierte en tramas secundarias requeridas para completar los sesenta minutos de cada uno de los veinte episodios.

(Off-topic: Vaya momento déjà-vu a lo Casshern, ¿no?).

 

Y aunque solo está relacionado tangencialmente con el asunto, me resultaba imposible resistirme a mencionar esta otra adaptación hongkie que el mismo Jackie Chan hizo del personaje a principios de los 90, también libérrima, con parodia de Street Fighter incluida, y obviamente reciclada en producto de artes marciales a la medida de su protagonista. Aunque algo quedaba del Saeba original:

http://www.youtube.com/watch?v=Xh-mSX_gkF8

Detectives y quesos. Y no voy a hablar de Basil. Aunque en cierto modo sí.

Hablando de que Lucy Liu hará de Watson en Elementary, comentábamos ayer que será que los productores quieren darle un toque de originalidad al producto introduciendo en la adaptación una tensión sexual entre los protagonistas que tan bien le pega sin duda a la misoginia de Holmes.

Una pareja protagonista, de sexos opuestos. Un terreno ya abonado para crear situaciones de lo más picantonas y comprometidas, en las que poder jugar con un quiero-no-quiero, un me-gustas-no-te-soporto. Debe de ser la primera vez que a alguien se le ocurre algo así.

Bueno, eso si no contamos Bones. O Castle. O Tru Blood. O The Big Bang Theory. O Fringe. O El Mentalista. O House. O Futurama. O Expediente X. O Remington Steel. O Luz de Luna. O… espera, que no estamos contando los casos patrios, Aguiluchos Coloraos deshojando Margaritas y tal… Bueno, eso.

Cotilleando por internet (as usual) me he topado con que hasta existen siglas clínicas para definir estos conocidísimos síntomas: TSNR. Tensión Sexual No Resuelta, claro. Paleto de mí.

En inglés, URST: Un-resolved Sexual Tension. Elemental.

Un gran queso. Y seguramente nada más.

Veinte similitudes más que curiosas entre Babylon 5 y El Señor de los Anillos

Andaba yo pensando hace poco, a raíz del estreno del primer trailer de El Hobbit, que hace ya más de diez años (lo que me supuso un nano-segundo de bajón, por cierto) publiqué una especie de macro-post en cierto portal de cuyo nombre no quiero acordarme, post en el que había recopilado algunas similitudes más que curiosas que había ido encontrando entre toda la historia El Señor de los Anillos y la cosmología de Babylon 5, para mí, y muy a pesar del Dr. Cooper, una de las series de ciencia-ficción más completas y con un arco argumental más elaborado que se han producido.

Daba en aquel entonces por hecho, y lo sigo pensando, que estos parecidos razonables suponen una especie de homenaje “subliminal” que me hicieron pensar en Straczynski como un profundo admirador de la obra de Tolkien, queriendo dejar constancia de ello en su “criatura”, pero eso no viene al caso ahora.

Y pues que me ha parecido una buena ocasión ésta para dejarla por aquí colgada. Soy muy consciente de que un tecleo rápido en nuestro buscador favorito nos lleva a que en la Wiki (por citar un ejemplo) tenemos una lista de referencias mucho más exhaustiva que esta que expongo a continuación, pero también me gustaría dejar constancia de que éste se trató de un de un verdadero trabajo de escribano, recopilado a lo largo de bastante tiempo consultando y marcando las ediciones de bolsillo de Minotauro con las portadas de Howe, y contrastándolas con los VHS grabados, y la mayor parte en una época en que los cyber-cafés quizá existieran para urbanitas, con lo que no ya contrastar, sino la mera idea de consultar esta información en la red no se le pasaba a nadie por la cabeza.

Voy a dejar pues el texto tal cual, corrigiendo erratas y enumerando los puntos, con las mismas posibles inexactitudes que tuviera en su día cuando lo publiqué por primera vez. Y como entonces, y para no ser ya más cansino, solo espero que esto no resulte demasiado tocho. Eso sí, para entender todo lo que escribo a continuación es necesario conocer, obvia decirlo, tanto la historia de la Tierra Media, como la de la Galaxia del s.XXIII.

Ah, y por supuesto, van spoilers a cascoporro, se entiende.

1.- Para empezar, el propio nombre con el que se designa a las “fuerzas oscuras” es el mismo en ambos casos: “las Sombras”; es cierto que si bien en Babylon 5 éste es el nombre exacto, en El Señor de los Anillos es más bien una metáfora, pero el caso es que emplean el mismo nombre. Bueno, vale, esto no quiere decir nada, y en muchas historias se usa este nombre para designar a las “fuerzas del mal”, pero no es más que el comienzo…

2.- El uniforme de los oficiales del Cuerpo Psíquico en Babylon 5 (por muchos aspectos y razones, unos de “los malos”) es de un negro que asusta… igual que la vestimenta de los Nazgûl… Vale, otro detalle imbécil, pero hay más…

3.- Precisamente la insignia del Cuerpo Psíquico, una serpiente engarzada, es la misma que la que usaban los Haradrim…

4.- Otra cuestión que tampoco es demasiado relevante, al menos en principio, es el evidente paralelismo que existe entre los Elfos y los Mimbari. Estos últimos, no tanto por su aspecto físico (aunque el poco vello es un indicio) sino más bien por sus rasgos sociales, de costumbres, de “espiritualidad”, etc., toman numerosos aspectos prestados de los Elfos.

5.- En ambos “universos” se hacen alusiones a los “Primeros”.

6.- La raza con la que menos se cuenta en un principio (los Humanos en el caso de Babylon 5 y los Hobbits en el de El Señor de los Anillos) es la que en el desenlace de los hechos juega el papel más determinante.

7.- En Babylon 5 conocemos a Lórien, El Primero. En la mitología de El Señor de los Anillos encontramos a Lórien, el Vala, Señor de los Sueños (no Eru, El Único, pero al fin y al cabo, sí uno de los Primeros).

8.- Además, el Lórien de Babylon 5 se introduce en los sueños de Sheridan…

9.- El nombre de Lórien se parece sospechosamente al de Lothlórien, y mientras que los Elfos de la Tierra Media hablan de los Valar, en B5 se habla insistentemente de Valen con el máximo respeto.

10.- En el mundo de Tolkien existe una rivalidad ancestral (aunque no innata, sino debida a “incidentes pasados”) entre Enanos y Elfos. En el mundo de Straczynski la rivalidad (no innata, sino debida a “incidentes pasados”) se da entre Centauris y Narns.

11.- Sin embargo, un Elfo y un Enano, Legolas y Gimli, llegan a colaborar juntos por una causa común mayor, y llegan a saber apreciarse el uno al otro, lo mismo que ocurre entre un Centauri (Londo) y un Narn (G’Khar).

12.- Curiosamente, en ambos casos, ambos pasan “al otro lado” juntos.

13.- La historia de El Señor de los Anillos se desarrolla en los últimos años de la Tercera Edad del Sol, esto es, la Tercera Edad del Mundo en la que existen los Hombres. En Babylon 5 se nos dice que estamos en «el amanecer de la Tercera Era de la Humanidad». Bueno, en un caso terminamos y en otro empezamos, pero en ambos estamos en la «Third Age».

14.- La forma que adopta Sauron en su última aparición en la Tierra Media es la de un Ojo Rojo Sin Párpado que busca “algo” desesperadamente… Cuando Delenn, Ivanova y Lyta van a Z’ha’dum en busca de Sheridan, un Ojo Rojo les observa, escudriñando cada rincón, buscando algo y minando la voluntad de todos los tripulantes del Estrella Blanca. Éste fue el primer momento en que me di cuenta de que Babylon 5 bebía mucho de la fuente de El Señor de los Anillos (o que al menos eso parecía).

15.- Después de eso, me pareció más que sospechoso el parecido de estos nombres: Z’ha’dum, el “hogar de las Sombras” (en Babylon 5), y el nombre Enano Khazâd-Dum (o Moria en la Lengua Negra), que si bien en un principio fue el principal hogar de los Enanos, en la Tercera Edad es precisamente morada de Sombras.

16.- Sheridan y Delenn acaban uniéndose en pareja, una unión que significa al mismo tiempo el fin de una era y el inicio de otra nueva, una unión que implica el enlace entre un Humano y una Mimbari. Pues Aragorn y Arwen hicieron lo mismo, concluyendo una era e iniciando también de ese modo una nueva e implicando la unión entre un Humano y una Elfa.

17.- En Babylon 5 existe un grupo de valientes que combaten el mal desde hace tiempo sin dejarse ver; ayudan a la población sin pedir nada a cambio, sin que aquellos a quienes ayudan sepan siquiera de su existencia. Son los Anglashok, en la lengua Mimbari, o los Rangers, en correcto inglés. Un papel idéntico desempeñan en El Señor de los Anillos los Montaraces, que curiosamente, en la versión original en inglés (o en la Legua Común) de la obra de Tolkien, se llaman Rangers.

18.- Además, el líder de los Anglashok termina (o terminó) siendo líder de su pueblo. Igual que el líder de los Montaraces.

19.- Gandalf cae a un abismo en Khazâd- Dum, sacrificándose para salvar a sus compañeros, llevándose por delante la amenaza que les acechaba (léase Balrog) y más adelante vuelve “de entre los muertos”… sigue siendo él, pero ya no es el mismo que era… Sheridan cae a un abismo en Z’ha’dum, sacrificándose para salvar a sus compañeros, llevándose por delante la amenaza que les acechaba (léase «algunas Sombras») y más adelante vuelve “de entre los muertos”… sigue siendo él, pero ya no es el mismo que era…

20.- Al final de todo, Sheridan parte con Lórien “en cuerpo y alma”…. Al final, los Portadores del Anillo parten hacia las Tierras Imperecederas “en cuerpo y alma”.

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Vivimos por el Uno.

Morimos por el Uno.

Tinker Tailor Soldier Spy (o de cómo cuatro profesiones no conforman un título en español apropiado).

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Admitamos que el título provenga de la traducción (a falta de una palabra más adecuada) de la novela de John le Carré, pero sin duda, alguna cabeza bienpensante debió de imaginar que un título formado por cuatro profesiones era demasiado para la media.

No desvariemos. La película, que es lo que me importa. Partiendo de la base que no soy crítico de cine (ni de nada; si acaso soy criticón) no querría calificarla como una sorpresa, porque la verdad es que esperaba mucho de esta cinta, y en ese sentido no ha defraudado.

Tomando la licencia del símil económico, si un director crea dos grandes obras consecutivas, podríamos decir que está en ascensión, y si es así, Tomas Alfredson tiene un duro trabajo por delante, porque después Déjame entrar (tan hermosa como inquietante) y de esta última película, el listón está muy alto.

Cierto que con un plantel de actores como el que desfila por la pantalla puede hacer pensar que el trabajo sea más sencillo, pero de sobra es sabido que ese detalle nunca garantiza el éxito. Las buenas interpretaciones son acompañadas de una puesta en escena acertada, de una ambientación que recrea sin excesos el principio de los años 70 y de una historia de espías como las de antes, en la que no se olvidan los ingredientes básicos como los juegos de engaños, las traiciones, las escuchas, los disparos… en la que hay que prestar atención a cada mirada, a cada señal que aparece en pantalla, en la que no resultará difícil perderse si no se está atento (los personajes van y vienen, entran y salen, los acontecimientos no se olvidan, los flashbacks se suceden) rodada casi asépticamente, casi como si del trabajo de un espía profesional se tratara, presentada pausadamente, y con la maestría sin embargo de mantenerte en tensión durante casi todo el metraje.

Quien sienta no obstante la necesidad de aplaudir o silbar al final de una película, o quien espere una cinta de (espías) de acción, con sus volteretas imposibles o sus explosiones a mansalva, que se meta en la sala de al lado a ver al comedor de placentas.